Archive for the ‘Día del amor y la amistad’ Category
14 de febrero
Posted 12/02/2014
on:Para el amor no hay otro canto más que el amor mismo.
Veinte poemas de amor contiene este nuevo y sencillo libro.
Para los enamorados, espero les guste y lo disfruten.
Se puede bajar del link de arriba o de lado derecho del blog.
Salvador Pliego
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El amor es todo
Posted 13/02/2012
on:- In: alegría | amor | Día del amor y la amistad | poesía | Salvador Pliego | San Valentín
- 6 Comments
Mis mejores deseos para ustedes
en el día del amor y la amistad.
Video y voz de Amelia Prieto. Poema de Salvador Pliego.
Salvador Pliego
El que guste leer alguno de mis libros,
lo puede bajar gratis haciendo clic en la
imagen del libro del lado derecho.
Si les gusta lo pueden circular entre sus
amistades libremente.
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Dos mitades de agonía
Posted 10/02/2011
on:- In: amor | boca | Día del amor y la amistad | Labios | poesía | Salvador Pliego | San Valentín
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En las mitades que se abren de tu boca:
dos limbos y dos auras prometidas,
la esfera de un destello
que enciende el alma en bella osadía.
Dos labios atando luna y sol
en tinte marmóreo, en roja melodía;
nacen los verdes de un huerto que es campiña:
del centeno al maizal bordeando por tu orilla.
Esos labios desvistiéndome
que se abren al choque en dura embestida
son la hoguera, la sórdida manera
en que la carne gotea su láctea bienvenida,
en que el barullo revienta su forma femenina.
Una doble piedad irrumpe a mi saliva:
esos labios de plena artillería,
de luna llena, de furia intempestiva:
labios de fónica batalla a la que mi boca arriba.
Donde cosecho el amor, tus labios mi muerte
como un suspiro vaticinan,
para que yo cargue las culpas
de un beso y como un rescoldo, y loco,
mire la luna y te consuma.
Entonces tus labios nacen de mi vida:
en el pecho oscuro,
en una trama que todo lo fulmina.
Esos labios de tierra
que buscan la piel y la quieren desprendida:
la exigua llama que todo lo calcina.
Por mi boca escurres y el sol viene y nos limpia.
Viene a decirnos que un labio ya tirita,
que la luna misma se prende
a la oscura boca que le arrimas.
Hacen tus besos la guarda, la forja de mi boca.
Tienen la fuerza que endulza y pulveriza.
Tienen el hambre de un soplo
en la orilla invicta de la alcoba.
Esos labios que arrastran e incriminan
tienen el señorío de dos labios
que suavemente amartillan;
de una carne que tiembla
y funde dos labios cuando arriban:
son el poderío pulsante
de una lengua que delira.
En tus labios caen las horas derramadas
para que yo fabrique las luces prometidas.
Pareciera el culto a la medianoche,
al mediodía, a una orden de férula encendida:
tus labios someten al instante
y la luna se desprende seducida.
Como una hoguera que te llamas,
como una flama extinguida,
las gargantas trenzan sus vocales
y mudas se detienen mirándose enternecidas.
¡Por eso tus labios cobran vida!
Sobre tu boca no hay caídas, ni mitades.
Sobre tus labios, colérica, la noche
como un niño me castiga,
y en tu vientre renuevo la figura
de un sonido trepidante que nunca se ahogaría.
¡Por eso cobras vida!
¡Por eso la agonía!
Tus labios sobreviven a lo oscuro de mi boca.
Salvador Pliego
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Cuerpo de mujer
Posted 08/02/2011
on:- In: amor | Cuerpo | Día del amor y la amistad | mujer | poesía | Salvador Pliego | San Valentín
- 26 Comments
Se descubre ante mí:
aquella inexistencia que brota de un pétalo
y se amalgama en la tesitura hecha mujer
para desprenderse de la nada.
Le miro nuevamente y redescubro:
el espacio que emerge
y el cuerpo de una espiga
que se sabe aún no forjada.
Creo entonces mi mundo,
su mundo:
el solar de un poema,
el principio de la música
que acompasa las formas
y delinea la hermosura en la resonancia
de un cuerpo gravitado.
Sin entenderlo yo,
la perfección fecunda en la espiral de lo deseado
y la atonía del silencio se transforma
en un perfume ya sublime.
Me cuelgo de ella,
a su cintura,
a su instante de luz y bugambilia,
a su desnudez maravillosa
que raya en lo impecable,
al cuerpo en que se filtra
la armonía y seduce a lo imprevisto,
porque es un tacto en rebeldía
y un aroma que somete.
Limpio mi boca en su cuello
para saberme y existirme,
para desnudar el pecado y la osadía,
para refrendar la belleza
de una tela que en mis labios se desliza.
Por su espalda un trazo,
por mis yemas el mundo que colinda:
una espalda que mora un lecho
y mis dedos prefabrica;
una espalda universal
que arremete en el caudal de lo íntimo y discreto.
Se sabe ella en el capricho de un poema.
Rondo sus muslos:
formas de espera y lejanía,
danzas apócrifas filtrándose en jardines,
ausencias y moradas de mitos renacidos.
Sobre sus muslos la sedienta tregua del caído
y la vorágine de un guerrero
desvaneciéndose en bramidos.
Un pecho… Más que un pecho
el arte del rocío,
la espuma atesorada de un cuerpo exquisito,
el desliz de los sentidos y del verso,
la cautiva página en blanco de la rosa.
Como si lo entendiera y lo supiera,
en su pecho la alianza
de los ojos combatientes
y los ojos del crepúsculo
que alean la brújula del náufrago y la estrella;
también el día y las nocturnas velas,
los aretes colgándose del viento
y las cimitarras de malva
abrazándose al jarrón de arena.
Me cuelgo nuevamente
a su cintura desprendida,
a un cuerpo donde cristalizan
hebras y destrezas,
donde nace el exterminio de mis manos
diluyéndose en caricias,
en la imperfecta y voraz agonía
de mi éxtasis que vibra,
y muestra un rostro: ella.
Y le miro perdiéndome en el tiempo.
Entonces, atándose a mi cuello, ella,
me expande y volatiza.
Salvador Pliego
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Cuando sopla un beso
Posted 04/02/2011
on:Mandas al aire un beso y…
¿es tan enorme como el fulgor tu beso?,
¿tan intenso como tú que al cielo inhibe?,
¿tan lleno de tus ojos que la luz esparce?
¡Ay, quién viera el labio para ahí esconderse!
Y al mandarlo,
¿tiene un rojo como el sol que arde?,
¿es un tinte cristalino de harina y carmesí follaje?
De su olor… ¡ah!… de su olor,
¿se desprende Eros y en la Eiffel renace?
Y cuando toca el cielo,
¿es tan dulce que la lluvia brota
y tan dulce que parece canta
y enamora
con su risa clara?
Y al ser tuyo,
¿viene y sopla?,
¿viene y trenza a mi boca?
¡Ah!… Al ser tuyo
besa y me enamora;
se acurruca y me enamora.
Me enamora…
¡Ay, me enamora!
Salvador Pliego
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Donde miran esos ojos
Posted 11/02/2010
on:- In: amor | Día del amor y la amistad | ojos | poesía | Salvador Pliego | San Valentín
- 94 Comments
Calla la tarde. Se empecina. Regala el viento una bienvenida. Sopla su fuerza como la biela que en el mar se aleja, como un cristal esparciéndose, suavemente, en la ventisca. Otrora, quizá potencia enardecida, quizá estela de un verano embravecido, tal vez la voz de un efusivo cetáceo con su tarareo enternecido.
Calla la tarde, y a lo lejos, como dos bulbos encendidos, dos esferas de trigales, dos mitades del sonido, abres tus parpados… y el cielo mira. En el viento puro todo emerge: hay una pulcritud de aromas, hay un color de umbría, desata el corazón su pecho, amarra el pulso a su latido, se vuelca el brillo a su destino.
Quiero hablarte, simplemente, de jazmines, que se abren como espumas a lo lejos, que ensayan, primorosos, su música de abriles, que encuentran los parajes recónditos del verso y arman caravanas de cánticas ofrendas. Quiero cegar la noche para hablarles, que tengan su mirada de bosques y aluviones, que busquen las viajeras lumbres de nébulas australes, las distantes miradas de los soles, las enigmáticas sonrisas de quásares boreales. Quiero acercar tus ojos y llenarlos de plumajes, hablarles despacito, murmurarles sin tocarles, sentirles sin el tacto, rozarlos sin palparles. Quiero que recuesten sus iris donde el mar hinca su encanto y dejen sus colores risueños y flotando. Quiero atardecer la misma tarde, a que escape enamorando y buscar, silbando, el sonido de su canto; hablarte despacito, cuchicheando, y en tus ojos, ya de tarde, al mirlo ver volando.
Salvador Pliego
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En carne viva
Posted 08/02/2010
on:Esta noche íntegra en que lanza el rostro su mirada al cielo en el pasadizo donde descubre el torrente de una boca, la flauta de amor, de aire y bocanada, el triunfo amordazante que glosa en carne viva, las pestañas que rodean al mármol y su rima, la tímida palabra de entrañas, de gestos que musitan, la bilingüe voz que juega en la lengua y la aglutina; así la boca encendida abre su dicha y estimula, en notas, la lengua dulce y, ya abierta, añade un jugo reciente y de frescuras, un jugo de meriendas y alegrías, un sabor a mate y aventuras, un grito de unción y de presencia que registra la asunción del goce en las pupilas, las fibras de victoria enloquecidas, los sentidos excitados de caricias, la cura del género en tactos desmedidos, la influencia de los labios en cosechas de pericias. Entonces los ojos van clavándose como lámparas de nidos atizadas, como el deseo de dos viudos que, sin lógica de tiempo, abrazándose se miran y clavan sus pupilas al frote de mejillas.
Voy a reclamar la lengua de tu boca, el éxtasis primario, el rito esencial a una rosa, la vorágine de azúcar, escarcha y flora, la embriaguez que brota en cada incógnita de un beso que te toca y vuelve en miel el sorbo que desborda, la intacta mansedumbre de un labio terso que desagua el elixir preciso y el olor exacto, la forma ecuánime y perfecta del sentido, el toque fijo entre los labios y el arranque apasionado donde concretiza el espacio de tu templo infinito.
En carne viva desato tu lengua, la devoro, irrumpo en su materia y la embalo. Encajono su geométrica delicia en el placer indefinido, en la dicha conceptual jamás predicha. Elaboro con ella el sudor y la ternura, la suavidad imprescindible y urgente, el pulso de vida y necesario, el vital reclamo del latido.
Salvador Pliego
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Día del amor
Posted 04/02/2010
on:San Valentín
Hebra y cántaro de flor llena de luz y claro brillo,
la era de los lirios que desvive en fruta, al jugo vivo,
al maizal abre sus ojos en la tarde de racimos.
Eres mi voz, mi canto:
por ti se enreda y nutre,
a ti devora y habla.
Crepitas de alba en alba.
Fecundas al amor, lo vuelves infalible.
Bajo tu sombra arde mi boca y encuentra el blanco alivio.
En el aire limpio y puro la intimidad se hace un respiro.
Eres el beso de las tardes y las lámparas que aluzan el cobijo.
De tiempo en tiempo mi corazón arde y silba, y te mira dulce y tierna.
Tus ojos abren lo que el amor soñaba.
En la oceánica avenida tu espalda sala y brota despoblada,
y el viento arrecia frotándola en delicias.
Boca mía, como el alma,
mi corazón también te habla y busca,
y deja una flor hilada ante tu boca.
Cuando el día aclara, busca tu voz,
y la flor se crece de racimos cuando le hablas.
Bella mía, en tu mirar se crece la marea y hago canto,
y naufrago y arrebato y apasiono en trémulo respiro.
Del alma escojo un beso y navego…
Y arranco de sus olas tu más bello latido.
Amor:
¡hay un racimo de tu cuerpo y sabe a olivo!,
¡hay un pedazo de tu rostro en bronce vivo!,
¡hay un Cristo que baja en tus tejidos!
Como el sol que nace, eres su canto, su cielo embravecido.
En mi boca ardes y en mis ojos bulles;
como el mar te ofrendas, como el aire embistes;
desde el monte soplas, desde el astro ríes.
¡Hay un precipicio de noches en tus ríos!
¡Hay un fulgor de cuerpos en tu cuerpo y vive!
¡Eres el clamor de un tigre aguerrido!
Amor, bella mía:
eres cántaro de flor y escarcha viva.
Salvador Pliego
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Del amor entre tus rizos
Posted 28/01/2010
on:Esos rizos cayendo como la tempestad,
como una hoguera en el frio de mis manos,
generosamente aéreos e íntimamente disipados,
cual lianas de racimos que desdoblan,
recubren el orbe con lúcidos flamingos.
Desde el confín lejano los huelo
y administro su belleza hacia mis ojos
en el éxtasis de la espiral del tiempo,
en el gesto de sorpresa que me invade.
Flora tutelar, invocada y perseguida:
tus rizos deslizan apotemas de canto y alegría
generados en la cumbre sigilosa del estío,
y el páramo cubre su llano
en la multitud de regalos de su imperio poseído.
Abre la elegía el arte que te peina,
el talle escultural en desnuda cabellera,
y cuando escurre su último poema,
alzas el rostro y encarnas la belleza de poesía.
Salvador Pliego
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No dudaría
Posted 26/01/2010
on:- In: amor | beso | boca | Día del amor y la amistad | poesía | Salvador Pliego
- 70 Comments
No dudaría que un día al alejarte,
por cada letra de tu nombre,
por cada ternura devuelta y encarnada,
por cada labio de tu esquina
y de tu sombra que mordiera,
así en tu boca estrecho
el límite del cielo y humedezco
el sabor que hay de tu cuello,
la fragancia que responde al sonido de tu nombre,
llamado impaciente que todo me devuelve
y todo me responde haciéndolo alegre,
vigencia de tu lengua que altiva y enternece,
dulzura de tu gesto goteando sin aliento,
porque siempre voy rastreando los roces que desprendes,
los dedos que liberan el goce de tus mieles,
la espuma que me baña y priva la mirada,
porque a veces te pareces a ti misma y me conmueves,
y dibujas con tus manos las luces que enverdecen
y tocan con delicia el mundo cuando lo abres;
así, no dudaría
que un día al alejarte
abriría esa puerta y sacaría el llanto a que paseara
y, como fuese, de nuevo, letra a letra,
iría a tu nombre, llorando, hablando si volvieses.
Salvador Pliego
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