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Perfume (Feliz Navidad)
Posted 24/12/2008
on:- In: poesía | sentimientos
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Elixires que brotan del recuerdo
decantados en un frasco de perfume y una copa.
Se mezclan los aromas y memorias.
Evocan los que emiten una sutil fragancia.
Se olvidan los olores que expían y sancionan.
Recuerdos dulces de la vida que se exhalan
guardo en un frasco de perfume y una copa,
y sólo bebo aquel recuerdo que incentiva.
Escencias declaradas de amoríos,
de sutiles sueños, de fugaces ciclos.
Y ahí está la vida
bebiendose el elixir de la copa.
Y ahí está ella,
llenando de sus pechos el frasco del aroma.
Salvador Pliego.
en esta Navidad y próximo Año Nuevo 2009.
Entonces era un niño
Posted 07/11/2008
on:- In: amor | literatura | poesía | Salvador Pliego | sentimientos
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¡Qué lejos hoy tus besos!
¡Qué lejos los recuerdos!
Las lámparas brillaban…
Yo: niño sin corbata.
Tú: niña en crinolina blanca.
Tan sólo de las manos
y el mundo ya volaba.
Oh ciénega callada,
el mundo yo volaba.
Aún tu boca era sagrada.
Tu mano me excitaba,
y el alma de los niños
se iba en algazara.
¡Qué lindos los recuerdos!
Las lámparas brillaban…
Aún guardo en mi jarro
los tréboles de cuatro
y las hojas de amaranto
que brotaron de tus manos.
Aún llevo en el alma
tus ojos y el halago.
¡Qué lejos hoy aquellos!
Entonces era un niño
y las lámparas brillaban…
¡Qué bellas las bellotas
cayendo por el vado!:
racimos que colgaban,
paisajes que sembraban,
los cántaros repletos
de juegos y de encanto,
las blancas azucenas
colgando en las verbenas,
suspiros que vagaban,
caricias que flotaban,
los sueños degustando
encuentros y alcaparras.
Y tan sólo de las manos,
tan sólo te tocaba…
Tu boca era sagrada.
¡Qué lindos los recuerdos
y estar enamorados!
Entonces era un niño
y las lámparas brillaban…
¡Qué bellas las campanas
que en tu falda se meneaban!
Así yo las sentía
al verlas que sonaban.
A mi me coqueteaban,
al alba le besaban.
¡Qué linda ibas de rosa
prendiendo las mañanas!
Entonces era un niño
y sonaban las campanas,
vagaban por mis ojos
y luego se ocultaban.
Entonces eran bellas,
tan bellas las veredas:
las flores se enfilaban,
las lilas se juntaban,
y volcándose a tu rostro
tu peineta ataviaban.
Entonces era un niño
y las lámparas brillaban…
¡Qué lejos los recuerdos!
¡Qué lejos hoy tus besos!
Entonces era un niño
y las lámparas brillaban…
Salvador Pliego