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De tus besos
Posted 23/02/2009
on:Te amo, ¿qué más?
Y se encierran en tu boca mis palabras
y una a una al pronunciarlas las disfruto.
Sólo tu rostro permanece.
Aquí, en lo alto, no hay vocablos.
Y no es que esconda el nuevo día
pero hay horizontes en que sólo tú te escuchas.
¿Habrá otro canto que te nombre
y que suave, como un verso,
en un rocío a ti te llame?
Te amo, ¿qué más?
Y me encierro entre las notas de tu boca a escucharte,
donde broten esos labios,
donde canten estos besos.
Y aún vibran las campanas sin sonido.
Se percatan de tus labios y difunden como ecos de extravío.
A lo lejos, sí, a lo lejos, aún se expanden sus sonidos.
Te amo… y no dejo de decirlo.
Alejados, como niños, van los besos de la mano.
Sonrojados quizá, sin mirarse, sin quejarse,
van tocándose cual ciclos de cariño.
Y me preguntan: ¿Qué cantan nuestros besos?
¡No lo sé!… Pero me llevan a tu boca, a tu lengua,
y es ahí donde escucho melodías contagiosas.
Una flauta dulce, un violín en llamas
va sonando hasta morirse, va dejando cauda
como aves de alas grises y transforma los espacios
en raudal de querubines.
Te amo, ¿qué más?
Y eres tú la nota que converge aquí en mi día:
ese canto de besos que no expira;
Profundidad de labios que se tocan
y al callarse emiten sinfonías.
Y el tocar tus labios… ¡No sé!…
Es como amarte y transformarse en brisa.
¿Qué más?…
Si es el besarte en la boca mi alegría.
Salvador Pliego
Tu vientre
Posted 03/02/2009
on:- En: claro de luna | música | poesía | Salvador Pliego | sentimientos | versos
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Levante el azul del río
y duerma sobre suspiro,
asome la vida y cante
del verso más rozagante.
Alienta dulce mañana,
anima cual regocijo,
azahares de nieve blanca
en los sueños le acoja vivo.
¡Despierta, linda, despierta!
¡Alúmbrame el camino!
Se mueva tu vientre, encinta,
y en pecho suspire el niño.
Qué bella va de mañana,
como agua se va el rocío,
tu vientre de dulce y grana
color de la carne y nido.
Voces que el llanto alaban
sobre tu canto duerma encogido,
llevas el alma en calma
cuando susurra la voz del niño.
¡Despierta, linda, despierta!,
se mueva bajo mi oído
la almohada que lo levanta,
la sangre de mi delirio.
Se aviven luces de olivo,
mar de tu vientre vivo,
se crezcan verdes guirnaldas
en noches ilusionadas.
¡Despierta, linda, despierta!,
de rosas prendas el alma,
del vientre que agita y tienta,
del mundo que te lo aclama.
Salvador Pliego